1 El debate acerca de si la cohesión de equipo da lugar al rendimiento o viceversa puede verse finalizado aquí. Por ello afirmamos que la homogeneidad (que pasa por el no acompañamiento de jugadores) y la solidaridad son dos «propiedades» vitales para la cohesión defensiva de un equipo. Los jugadores saben que aquella zona es su zona, tal como el equipo sabe que, cuando pierde la posesión, aquélla es la zona defensiva. En ciertas partes del juego es en zona. Estas implicam una adecuada gestión del espacio y del tiempo en el juego, algo que la lógica subyacente a la «defensa hombre a hombre» está muy lejos de permitir. Oporto hace presión adelantada, utiliza un pressing «hombre a hombre». Defender con presión es obligar a que el adversario falle. O sea, tal como decía Frade (2004), se hace presión para que el equipo contrario pierda líneas de pase y eso sólo se consigue reduciendo los espacios junto al portador del balón.
Eso tiene que ver con el talento, y ya no tiene que ver con la organización del equipo. No estoy de acuerdo con eso. De acuerdo con L., “lo que caracteriza a la defensa en zona es la ocupación de un espacio. Ahora, jugar en zona no es tener a todos los jugadores jugando dentro de nuestra área, sino que el adversario juegue la pelota entre su defensa y que nuestro equipo esté todo detrás de la línea de la pelota”. Cubre determinadas zonas, ocupa determinados espacios y espera que ahí el adversario no tenga soluciones de pase, que no tenga soluciones de remate y que la situación se torne más fácil para robar la pelota. O sea, la gran diferencia entre la zona y la presión está en que un equipo que defiende con presión intenta obligar al adversario a errar mientras que un equipo que juega en zona espera normalmente por el error del adversario.
Se reagrupan todos en su medio campo, ceden el centro del campo al rival, después esperan a que exista un error del adversario. Si es así, pensamos que también aquí se está a hablar no de la «defensa en zona», sino de la «defensa hombre a hombre», en este caso pautada por la aglomeración de jugadores en el medio campo defensivo y por una actitud pasiva. Cuando José Mourinho afirma que «defiende en zona», A. refiere: “Defiende en zona, es verdad. En este contexto, en el punto 2.2.3., Mourinho (s.d., cit. Este es un concepto diferente. En este set, Batum Felp 1923 es un policano legendario. Opuesto al hecho puntual de que el F.C. Por ello, dice que, cuando el F.C. Las perspectivas de estos tres entrenadores van claramente al encuentro de aquél que, a nivel de la revisión de la literatura, evidenciamos ser el entendimiento más común de «defensa en zona». Su producto es el «NBA general manager», un simulador deportivo que consiste en crear un equipo, dirigir a unos entrenadores y una plantilla y, por supuesto, hacer del club una institución rentable. Como no se indican «referencias de posicionamiento», concluimos que se trata de las zonas de intervención de los jugadores que se derivan del sistema adoptado por el equipo, donde los jugadores deberán «marcar» a los adversarios que «caen» en ellas.
Nótese que, para estos tres entrenadores, una «defensa activa» pasa, inevitablemente, por un pressing «hombre a hombre», donde los jugadores deben «pegarse» a sus adversarios directos. Es firme nuestra convicción de que, en Portugal, la generalidad de los entrenadores, como muchos periodistas y comentaristas deportivos, coinciden, en lo esencial, con las perspectivas de estos tres entrevistados. Las palabras de Garganta nos ayudan igualmente a aclarar esta cuestión: “Una zona pressing exige una concentración elevada desde el punto de vista mental e implica que, sistemáticamente, se acorten distancias recurriendo a accionees de media-alta intensidad. Parece desconocerse lo que es verdaderamente «defender en zona» y, por arrastre, camisetas de futbol replicas la posibilidad de que se visualicen «zonalmente» las acciones de pressing. Pero más importante que todo aquello, está el hecho de que los defensores en esta muestra de jugadores parecen ser aquellos que más objetivamente analizan su propio rendimiento, en términos de actuación individual y de aporte al accionar colectivo del equipo. Cada jugador defiende determinada zona y el equipo defiende en una determinada zona, en función de los propios jugadores.