Pero sobre todo, ciudadanos de a pie, cada uno con lo que desde su buen hacer, equipacion de holanda podía aportar. Gente que no pidió nada más que el privilegio de estar en silencio, en segunda fila, apoyando en lo que pudieran sin buscar ningún protagonismo. Nosotros tampoco podemos darnos esa explicación, pero sí que podemos, con la autoridad ética que nos otorga nuestra situación , equipacion mexico exigir que nuestra desgracia no haya sido en vano.