Tanto ella como Nacho, dueño de la casa y periodista español que lleva viviendo 8 años en Guatemala, me han hecho sentirme como en casa. Durante la espera en Santa Elena un patojo (chavalito) de 8 años me enseñó su original choque de manos y resolvió sus dudas acerca de si en España hablábamos igual que en Guatemala. El viernes asistí en su casa a una fiesta de cumpleaños en la que estuve hablando con gente simpática como el chileno Arturo que había estado en una fiesta con Madonna en Nueva York, Renato (un maestro de la cocina con una especialidad que me fascinó; gelatina de tequila), los antropólogos Tatiana y Luis que me llevaron a dar una vuelta por el centro de la capital el día en el que la marca Pollo Campero celebra con motivo de las navidades un festival de fuegos artificiales que paraliza completamente la ciudad.