También nos pusieron pegas por trabajar fuera de casa y por no haber tenido perros nunca antes, todo muy raro y muy absurdo. Pero ya sabéis, antes de entrar hay que dejar salir y para que sigan llegando futbolistas también tienen que haber salidas. Al final nos cansamos de tantas pegas y adoptamos a la perra de una amiga que era alérgica y ya no la podía tener en casa.